26 de mayo de 2015

"Pensamientos de un profesor", 26 de mayo de 2030

“Cinco alumnos más y por fin habré evaluado todos los trabajos”.
Pienso mientras sorbo el último trago del café. Estoy cansado, llevo dos horas viendo las exposiciones que los de quinto nivel han hecho sobre la escritura antigua.

-“¿Qué más me da a mí cómo escribían a finales de siglo pasado?” -Me había espetado Andrés, uno de los chicos del nivel 7, unos días antes- “Deberíamos centrarnos en ver cómo mejorar nuestras técnicas en lugar de atascarnos en el pasado”.
En un vano intento de hacerle apreciar el modo de vida de sus padres, le respondí que, solo conociendo el pasado, podemos avanzar en el presente. Si bien los bolígrafos inteligentes de ahora poco tienen que ver con los que utilizábamos hace apenas diez años, nunca se habrían inventado si no fuese porque alguien decidió estudiar el funcionamiento básico de la impresión...
Pero esta respuesta no le valió al insolente de mi alumno: “Los profes de hoy en día tenéis 40 años y parece que tengáis 140. ¡Antiguos!" - Respondió con agresividad.
¡¿Cómo se atrevía?! ¿Eso es todo lo que ha aprendido de las sesiones de debate entre escuelas de los sábados?
Irremediablemente, su comentario me hizo caer en el típico comentario que siempre evito: -“No hace tanto de eso, tú aún llevarías pañales cuando, con un portaminas o un bolígrafo -que llamábamos bic- teníamos suficiente para tomar apuntes durante meses. No necesitábamos estar recargando los bolígrafos todos los días... No menosprecies lo que no conoces”.
-“Lo menosprecio porque me obligáis a estudiarlo. No voy a usar un lápiz nunca, ¿quién lo haría hoy en día? Sí claro, y tener que escribir todas las letras... ¡Qué pérdida de tiempo! Con los instágrafos sólo tengo que escribir las primeras letras y ya se imprime la palabra entera sobre el papel. Y a veces ni eso: mi instágrafo marca Plantic es tan avanzado que recuerda mi manera de escribir y ya incluso sugiere las siguientes palabras. Me permite escribir 10 páginas en cinco minutos.”

... y esas fueron las conclusiones a las que llegué con mi proyecto. Muchas gracias por su atención.
¿Proyecto? ¿Qué proyecto? Madre mía, no he escuchado ni una palabra de la última exposición. Estaba completamente absorto recordando la conversación con Andrés... Quizás tiene razón y me estoy aferrando demasiado a lo tradicional... Decidido, ahora mismo me compro un Plantic. Bueno, en cuanto acabe con las exposiciones; sólo me quedan cinco... Otra vez.
“Control. Retroceder holograma. Volver a reproducir la exposición de Clara González”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario