19 de mayo de 2015

El Quinto Elemento


"¡Y a continuación, el ganador del concurso de las croquetas Géminis es...!" anunció el presentador de la radio algo excéntrico, con una musiquita de fondo que cambiaba de intriga a alegría.

Korben no se lo creía, ¡era él! Salió corriendo del taxi y se fue a su apartamento a darles la gran noticia a sus padres. ¡Por fin tendría la posibilidad de estudiar! Quería entrar en una escuela donde aprendiera a ser científico, ¿o ingeniero informático? ¿O quizás profesor de TIC? Ya se lo pensaría. Tenía tantas ganas de aprenderlo todo. Su hermano había tenido que luchar mucho por entrar en una de esas “Academias” que llamaban, sacando todo Matrículas y matándose a estudiar día y noche porque no le pasaban ni una. Allí, solo permitían la entrada a la élite intergaláctica, o mejor dicho, a aquellos que les sobraba el suficiente dinero como para pagarse una escolaridad y poder trabajar. A menos que fueras un cerebrito, claro. Esos también entraban porque necesitaban aún a gente que se ocupara de seguir avanzando con la tecnología. ¿Cuándo comenzó a pasar esto? Se había desentendido tanto del tema que ni lo sabía. No le gustaba ver a los políticos en la tele y mucho menos prestarles atención. 

Pero ahora él, Korben, tenía un multipase que le permitía optar a una de esas plazas tan ansiadas por algunos. Podría ampliar sus conocimientos en las TIC que tanto le gustaban y enseñarles a sus padres, y amigos, podría empezar a leer y comprender las obras clásicas que marcaron un hito en la literatura con el ebook que le darían y podría empezar a utilizar su Campus Virtual y el Moodle con la cuenta que le creaban allí y que le autorizaba a utilizar todo el material escolar que quisiera... ¡Qué ganas de empezar!

En un siglo donde los coches vuelan, la comida se hace sola, los viajes interestelares se hacen todos los días, los robots te facilitan los servicios, llevas la agenda en la muñeca,  la lectura se hace mientras duermes y sueñas historias, los ordenadores te hablan, la tecnología supera las expectativas de todos... Todo calculado al milímetro.... la educación se ha convertido en un quinto elemento casi imposible de encontrar.

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