16 de marzo de 2015

Súbete a la nube

No podemos pretender que el uso de las TICs en el aula sea aún el ojo por ojo de la educación de hoy, profesores obstinados que no se formaron con ayuda de un ordenador con acceso a Internet por lo que aún reniegan de educar en esta línea; con lápiz y papel me enseñaron a escribir sin necesitar título de mecanografía dice mi madre. Sí que es cierto que uno no se convierte en profesor 2.0 de la noche a la mañana, más aún si llevas siéndolo los años suficientes como para tener la jubilación a la vuelta de la esquina, pero nos olvidamos que educamos aprendiendo y las generaciones que vienen –la nuestra, sin ir más lejos– están insertas, ya no de forma incipiente, sino de lleno en el mundo virtual por lo que obviarlo sería dar un paso atrás. Y los primeros que debemos aplicarlo somos nosotros, los que acabamos de llegar.





Reflexione aquí el lector sobre algunas anotaciones. ¿Tiene ordenador, teléfono móvil o reproductores de música? ¿Mantiene comunicación virtual, hace uso de redes sociales u otros servicios? Si la respuesta es sí ya tiene usted un perfil de usuario convencional, se encuentra en la nube de la comunicación online de la misma forma que lo hace un 71,6% de la población en España registrada durante el último año. Claro, nunca está de más decir, de la forma más humilde posible, que nosotros no sabemos de tecnología o que no estamos al tanto de las últimas aplicaciones que han salido al mercado TIC, pero seguro que en tu portátil aparece descargada la última versión de PhotoShop o tienes acceso a Facebook, Twitter e Instragram desde la pantalla de inicio de tu teléfono móvil y, asúmelo, alguna que otra vez te has descargado música de Spotify o te has sumado al carro de los visionados de películas online desde FilmAffinity. Yo soy de esas.

En los últimos años hemos sido bombardeados por nuevos servicios y soportes electrónicos que hacen del mercado una demanda constante con la gran ventaja de su adaptación a cualquier edad; eBooks, tabletas, iPods o iPads son solo algunos de los nombres que se han incorporado a nuestro hoy día. Si hemos pasado de coger prestados viejos libros de biblioteca a leerlos en un soporte electrónico o dejar el lápiz y el papel para tomar apuntes en nuestra tablet, qué menos que confesarnos usuarios habituales de las TIC; y esto no se lo debemos sino a nuestra generación, la misma que hacía sus trabajos de Secundaria con base de Wikipedia y la que hoy camina por la calle con el móvil en la mano hablando por WhatssAp; la generación de no sin mi móvil.

Y hablando de dependencia. Este es otro punto que nos urge tratar en el momento que advertimos nuestra adicción, en mayor o menor medida, a estar conectados; es aquí sin duda donde entra la labor del profesor, el que enseña cuál es el buen y mal uso de las tecnologías, cómo debemos aplicarlas y hasta qué punto nos pueden servir para educar y aprender. Si bien es cierto que hoy pasamos más tiempo mirando la pantalla de nuestro teléfono móvil que hace unos años –no tantos–, también hemos de agradecer el lado pedagógico que estas nos ofrecen. Así que gracias WordReference, RAE y demás enciclopedias virtuales, no es para menos.

Por todo lo dicho, tirad de la manta, considerad cuál es la ayuda que os ofrece –pedagógica o no– las nuevas tecnologías hasta hoy y quizá podamos estimar la importancia que ejercen en nuestra vida y establecer el paralelismo que existe entre las TIC en nuestra cotidianidad y las TIC en el aula; enseñemos a usarlas. Tal vez no sepas que un cracker es el que comete delitos en la red todos los días y no el hacker, o que un carder puede acceder a los datos de tu tarjeta de crédito sin que tú si quiera te des cuenta o bien que Steve Wozniak es un geek arquetípico, pero asume, y cuanto antes mejor, que eres usuario de esta red que nos conecta y que, aunque no lo creas, ya te has subido a la nube.


No hay comentarios:

Publicar un comentario